Estoy totalmente sorprendido del talento que viene del Valle del Río Sinú en Colombia. Hay música para todos los gustos y cada una de las bandas que he experimentado traen su color a un paisaje que tiene tantos tonos como uno pueda descubrir.
Comencemos con Camilo Molina (@camilomolinal), quien es un acordeonero que se enamoró de su instrumento desde que era niño. El acordeón encontró el camino hacia su corazón mientras veía la novela del juglar Alejo Durán por los años 2000. De ahí en adelante, él no podía alejarse del instrumento de botones, tocaba y practicaba, y la disciplina dio resultado en 2005 cuando ganó la corona de Rey Vallenato Infantil en el Festival de la Leyenda Vallenata; en el escenario, mientras estaba tocando, mató dos pájaros de un tiro, ya que los productores de la película El Ángel del Acordeón lo ficharon como protagonista infantil; su personalidad se ajustó perfectamente al papel de la película que se estrenó en 2008. El continuó tocando y tocando y subiendo las escalas de hasta que ganó la Corona de Rey Vallenato Aficionado en el mismo festival que lo vio crecer. Ahora, se encuentra estudiando música en la universidad, familiarizándose con los clásicos, estudiando a Bach y Beethoven; solo Dios sabe que traerá este viaje a través de terrenos musicales aparentemente tan disímiles (vea el artículo en El Tiempo: Un Músico entre el Vallenato y la Música Clásica). Su recorrido me trae a la memoria una escena de un duelo de guitarras de la película de 1986 Crossroads donde Ralph Macchio venció totalmente a Steve Vai cruzando del Blues a lo Clásico de una manera que me pone la piel de gallina (vea el video de Camilo Molina tocando con Grandes Estrellas de la música colombiana).
Luego Sinu Sax Quartet pone los sabores de los ríos Sinú y del Misisipi juntos en un sancocho que une a los dos continentes. Me imagino como esta banda podría hacer giras en los circuitos de Jazz de los Estados Unidos: Me los pinto tocando en el Barrio Francés en Nueva Orleans o en el Blue Note de Nueva York trayendo algo nuevo, algo fresco; como el hijo prodigo que volvió después de un viaje de experiencias y conocimiento en el caribe de Suramérica o viceversa. Música puede unir a la gente y Sinu Sax Quartet tiene esa mezcla donde gente de tierras lejanas pueden reconocerse en el mismo espejo (vea El Sapo by Sinu Sax Quartet).
Después vine a ver esta descarga energética hecha por la banda impulsada por Bullerengue: Sonido Libre Colectivo que me mostró la madrugada, la arena, la candencia de las olas marcando el latido de los tambores, las chicas piel marrón bailando coquetamente, sonriendo, acercándose y alejándose al mismo tiempo, el clímax del coro contrastando la tranquilidad y suavidad de la acordeón (Vea a Sonido Libre Colectivo – Oye Muchacha).
Finalmente, en otro escenario vi a esta chica poseída por el ritmo en frente de esta banda solida y poderosa, mezclando el folclor de percusión del caribe colombiano con energéticas guitarras eléctricas. Ellos son los tambores del Rock and Roll, ellos son Morenabeat. La noche fue estupenda, la banda precisa y la pasión y energía venían de la tarima en forma de centellas musicales que golpeaban los cuerpos de la multitud al ritmo de los truenos creados en el escenario (Vea Morenabeat – Abreme la Puerta)
Camilo Molina - Rey Vallenato 